¿Y ahora qué hacemos?, debieron preguntarse a mediados de los 60 cinco entusiastas aficionados coruñeses cuando se cerró definitivamente el Club Beiramar de Perillo. En efecto, en aquel entrañable lugar, al lado de la ría habían comenzado sus pinitos en nuestro bello deporte y, una vez “cogido el gusanillo”, no querían dejarlo ya nunca más.
